El impacto tecnológico en la agricultura chilena puede constatarse en el uso cotidiano de estos avances por parte de los productores en sus campos. Tal conducta obedece a una convergencia entre la necesidad de ser productivo y la disposición para innovar.

En la actualidad existe una amplia gama de tecnologías digitales que facilitan la implementación de la digitalización en las diversas ocupaciones que abarca el sector agrícola, específicamente en sus respectivas labores, procesos y faenas, los cuales están redefiniendo a gran velocidad las cadenas de valor de los campos.El Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura IICA. de hecho, ha manifestado que las agrícolas se encuentran  en los inicios de un proceso de transformación de gran crecimiento que favorece la optimización de procesos así como la redefinición de los modelos del negocio.

La toma de datos, por medio de un software de gestión e IoT, en nuestro país ha cobrado cada vez una mayor importancia en el desarrollo de la

agricultura y el sector agroalimentario. Estos son la base para la optimización de los procesos a lo largo de toda la cadena de valor para el desarrollo de nuevos modelos de negocio. Así, la necesidad de compartir y agregar datos se perfilan como funciones o actividades esenciales para extraer todo el potencial de las tecnologías digitales en la agricultura, proporcionando, por un lado, confiabilidad en los datos con los que se está trabajando y, por otro lado, control sobre los mismos en sus controles administrativos y en terreno.

Si bien, en nuestro país existe una creciente e importante oferta de tecnologías modernas para la agricultura, sus niveles de penetración efectiva aún son bajos como lo indica la Fundación para la Innovación Agraria FIA. Fundamentalmente porque las personas dedicadas al rubro del campo no cuentan con acceso a internet o no identifican espontáneamente, o de forma natural, las nuevas tecnologías como un conjunto de herramientas disponibles para incrementar la productividad y la calidad de sus cultivos.

En los últimos 10 años, el Estado chileno ha invertido más de $45 mil millones de pesos  en proyectos de innovación agraria relacionados al desarrollo de la llamada agricultura inteligente, que se refiere a incorporar las tecnologías emergentes (internet, big data, inteligencia artificial, etc.) a la producción agrícola, según el informe publicado por la Fundación para la Innovación Agraria FIA en el 2020.

Sin embargo, falta aún para que las empresas del sector incorporen parte de estas tecnologías. Así lo indica un estudio realizado por el Centro Thinkagro liderado por la Universidad de Talca y su Facultad de Ingeniería, que señala, por ejemplo, que sobre el 90% de las empresas del sector en la región del Maule utiliza algún software, pero sólo el 50% utiliza software con licencias. En cuanto a conectividad, el mismo estudio indica, los problemas son sobre un 80% en zonas rurales de difícil acceso. Esto tiene que ver con la intermitencia de los servicios de internet, ya que dificulta enviar los datos sin conectividad.

En los últimos años, el panorama actual en Chile ha cambiado, empresas y startups, en un constante desarrollo de soluciones, han lanzado al mercado diversas alternativas para el uso de la tecnología en los campos, generando información más rápida, dinámica y con inteligencia; que sea eficiente. Tomás Charad, CEO de Agri, desarrolló, junto a su equipo de profesionales, un software de gestión agrícola cuya solución está enfocada en personas del campo. Esta innovación permite coordinar equipos, planificar actividades y automatizar procesos; todo de forma automática y digital. Su modo offline (sin acceso a internet) permite ingresar información al sistema, una vez se obtenga conexión en red el registro queda en la nube con respaldo de toda la información de manera permanente, segura y en tiempo real.

“Con nuestra plataforma buscamos digitalizar de manera amigable, ágil y accesible las faenas del campo. Hemos entendido las necesidades del agricultor, por ejemplo, facilitando sus procesos administrativos de forma digital, ahorrando los tiempos de las tareas, que en la actualidad se realizan de forma manual. Además, toda la información ingresada, como son datos históricos, se preservan almacenados en la nube, resguardando la información de forma segura”,  afirma Tomás Charad.  

La sustentabilidad, por otra parte, ha venido de la mano con la digitalización de los campos e incorporado tecnologías en las faenas, que contribuyen con el compromiso de trabajar en objetivos del uso eficiente del agua, así como la generación de ingresos, trabajos y desarrollos locales. También buscan evitar la contaminación ambiental y el uso eficiente de los recursos naturales. 

Un estudio global elaborado por el World Resources Institute señaló a Chile como una de las naciones con mayores probabilidades de enfrentar una disminución en el suministro de agua, debido a los efectos combinados del alza de las temperaturas y el cambio de los patrones de lluvias.

La necesidad del uso adecuado y responsable del agua, también ha sido para Agri parte de su agenda de desarrollo tecnológico. Así es como apunta a fomentar la concientización de un mejor uso del recurso entre los usuarios agrícolas y la adopción de técnicas que permitan enfrentar la escasez hídrica. Para ello, desarrollaron  un módulo exclusivo de control de riego, que permite gestionar de manera eficiente su uso, con resultados de ahorro de agua considerable, cercano al 30% en cada cultivo  y un aumento en el rendimiento en algunos cultivos.

“La sustentabilidad ha sido uno de nuestros valores fundamentales en Agri. Además, es clave ayudar a los agricultores facilitando condiciones económicas y ambientales beneficiosas para la agricultura. Por ejemplo, nuestro módulo de riego integra los sensores de humedad de la agrícola lo que, sumado a los índices de calicata y evapotranspiración, permite a la agrícola planificar y gestionar el uso de agua de manera eficiente, ajustada y en el momento oportuno”, explica Tomás Charad.

La digitalización tiene el poder de transformar la agricultura, de hacerla más eficiente y sustentable y de colaborar en la preservación de los escasos recursos naturales, para apoyar a  las prácticas agrícolas en la tarea de hacer frente a diferentes condiciones que atraviesan en su día a día. 

La digitalización tiene un gran potencial para que los agricultores logren una mayor y mejor productividad, abriendo grandes oportunidades para promover una agricultura sustentable y eficiente en el uso de recursos, y colaborar así en la reducción del impacto ambiental.